Los caminos son siempre de ida y vuelta. Hace casi ocho siglos un lejano joven veneciano se dejaba deslumbrar por las maravillas del país remoto de Kublai Khan, en cuyo increíble palacio retumbaba la luz sobre un tejado de colores. Quizás sea esa misma luz, bañada por una distancia de siglos y de geografías, la que ilumina, en los retratos que presentamos, los rostros de estos hermosos muchachos y muchachas venidos del Oriente, desandando el camino del tiempo. Es la misma luz, pero es distinta; es la luz de esta ciudad de Cádiz, también antigua y legendaria, que los ha acogido y que ahora los envuelve, y que matiza sus caras y sus risas con un renovado mirar.
Muy bonita la introducción, Bifocales, acertada y evocadora. Habéis robado los mejores momentos a las miradas. En ellas, más allá de los trazos de los ojos, se refleja una universal captación de la realidad. Hermoso anticipo de lo que me queda por ver en directo.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Enhorabuena por la exposición. Hay muy buenos retratos. Os animo a continuar con el proyecto. Merece la pena.
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